domingo, 12 de diciembre de 2010

pasado ado

Recuerdo cuando escribía para sentirme mejor, no sé por qué lo dejé, no es que me haya sentido bien todo este tiempo. Hoy me siento mal, no me siento yo, veo el pasado y aun duele, dueles, no puedo superarte, me odio y me veo al espejo, no soy el mismo de ayer ese mismo que fingió no saber nada para ocultar lo que sentía, el que fingió ser fuerte y no dejó aplastarse por la realidad. Te dejo en el mismo lugar donde te encontré, ahora, llevas contigo mi pensamiento, pensamiento inútil que se deja llevar por el sentimiento cursi y débil.
Entré a este blog después de muchos meses quizá porque revisé entre mis escritos cosas que regresan a mi vida en este momento y que tengo presentes, no quiero, no me gusta este estado, debo concentrarme en otras cosas. Espero continuar escribiendo, veo que sí ayuda, poco, pero sí ayuda.

sábado, 13 de febrero de 2010

chela en mano

todos estos días he tenido antojo de bailar con una chela en la mano, cerrar los ojos y dejarme llevar por la música, ver detenidamente las luces cambiantes de algún lugar, chocar con la gente que busca un sitio dónde colocarse y hacer lo mismo, marearme de tanto tomar y encender un cigarro tras otro, olvidar que otra semana empieza, que el día de los enamorados y amigos está a la vuelta de la esquina, que todos esperan que les desees amor, desvelarme hasta que los ojos se me cierren, escuchar una plática de amigos mientras comes palomitas o frituras con valentina, ver el cenicero lleno, las colillas en el suelo, a chicas disfrutando de sus ligues nocturnos e imaginando cómo sería la vida si ésta fuera una fiesta eterna...

viernes, 12 de febrero de 2010

he vuelto

y el humo del cigarro hinchó de nuevo mis ojos. Tuve la necesidad de escribir con el vicio en la mano pero las cenizas mancharon las teclas de mi computadora personal. Escuchando de fondo una canción que me ha vuelto adicto. Los amigos tardan en entender las cosas, no es de mi interés contar lo que me pasa, de nada sirve hacerme el sufrido, si no te gusta mi carácter date la media vuelta y que te vaya bien, cágala de vez en cuando, mira hacia tu pecho, encuentra todas las cosas que no has podido sacar, nadie te está pidiendo que lo cuentes, quédate callado, cierra los ojos, imagina, vuela, canta, baila, come desesperado, como si no hubiera mañana o ayer, corre como cuando llueve y estúpidamente crees que no te mojarás o que lo harás menos. Llévame a donde vayas, tengo miedo de estar solo...

jueves, 22 de octubre de 2009

solitudine...

solitudine è il gioco nel che posso ascoltare la mia voce mentre la mia vita pasa senza te...

como cuando sabes y no sabes

ella ansiaba las horas sentada frente a su computadora como si aquella rutina fuera de toda la vida... él lejano hacía lo mismo... como si el pensamiento de ambos estuviera unido por un gran océano al que le temían desde la partida... ella nunca dejaba de pensarlo... él sentía la necesidad de arreglar lo que había dejado inconcluso... ella nerviosa confiaba cada día en él... él sentía mariposas en el estómago cada vez que ella daba muestras de ello... ella sabía que por algo habían pasado las cosas y esas horas frente a su computadora se convertían en segundos... él sabía que el destino era su mejor aliado y llegó a odiar al tiempo y a la distancia... ella conocía cada uno de los movimientos de él como si lo tuviera a un lado... él conocía los pensamientos de ella como si viviera en su cabeza... o en su corazón... los dos se dejaron llevar sin saberlo por una larga lista de conversaciones desesperantes a través de un gran océano que en realidad no existía... ella lo pensó tal como lo había soñado... él la soñó tal como la había pensado... ella terminó por darse cuenta que lo necesitaba más de lo que pensaba... él terminó por darse cuenta que la pensaba más de lo que creía... ellos sabían que la distancia era grande... ellos sabían que la distancia unía... ellos sabían que ese gran océano los desesperaba, los hacía impacientes pero a la vez ansiosos por verse cara a cara en un tiempo no muy lejano cerca el uno del otro sin océanos inexistentes y conversaciones escritas... ellos sabían... ellos querían saber... ellos ya ni siquiera sabían cuáles eran sus nombres...

como cuando pastel de queso con fresas

cruzó la plaza caminando lentamente, contando los pasos uno a uno, viendo sus tenis color arena hasta que llegó al lugar, entró solo y con miedo pero en confianza como si conociera a todos, "mesa para una persona por favor" se dirigió al fondo, se quitó la mochila de sus espaldas y se sentó, vió la carta un momento y ordenó, "café descafeinado y pastel de queso con fresas por favor" por favor se había convertido en su frase preferida de ese día, se dio cuenta de que servía mucho para recibir el mismo trato, llegó el café, vació en él la crema y dos sobres de sustituto de azúcar, no llevaba prisa, afuera ya hacía un poco de frío y el lugar se encontraba vacío, lentamente comenzó a agitar su café, dio un sorbo, luego otro, hasta que comprobó que estaba en el punto exacto para beber casi de golpe, cerró los ojos y lo disfrutó más que nada en ese momento, a lo lejos las pocas personas sentadas en mesas distantes se le quedaron viendo, él no sintió las miradas, siguió con la rutina del café como si llevara haciéndolo toda la vida, recordó amistades, lugares lejanos, pláticas, risas, llantos, historias, comentarios, tareas, tristezas y evocó el mismo lugar en otra ciudad sentado a lado de personas conocidas, terminó su café llegó el pastel ansiado, tomó el tenedor y comenzó a comer la jalea de fresa que se encontraba derramada en el plato, volvió a cerrar los ojos, no pensó en algo, sintió el sabor pasando por su lengua y luego su garganta, abrió los ojos mientras una señora lo observaba casi sonriendo desde otra mesa, él se apenó pero no interrumpió su ritual, pidió otro café, más crema, más sustituto de azúcar, sintió el olor a fresas, el olor a descafeinado, el olor a comida, el olor a limpio, el olor a perfume femenino, el olor a todo, volvió a mirar a su alrededor, el lugar estaba igual que cuando había llegado, el reloj avanzó lentamente, el café se fue consumiendo, el pastel fue disminuyendo y sus recuerdos fueron aumentando mientras que el lugar que él había evocado en otra ciudad regresó...

sábado, 17 de octubre de 2009

como cuando te ves

una vida reflejada en alguien de 60 años... "te pareces a mí de joven" me dijo aquel hombre mientras esperábamos el mismo autobús... "¿gusta un cigarro?" me atreví a decir sin saber qué hacer... "claro, nunca me ha gustado fumar solo" contestó con una sonrisa sin dejar de ver mi cara... saqué la cajetilla de la mochila... "¿ya los hacen con filtro?" me preguntó haciendo referencia a mis cigarros faros... "sí, cuestan $17" dije sin pensar... "igual que los delicados ¿no?"... y moví la cabeza afirmando... no nos despedimos... subimos al autobús y esa escena no la podré olvidar fácilmente...

como cuando rutina

y él sentado frente a su escritorio no pudo diferenciar entre el sonido de su silencio y el del viento que se colaba entre los vidrios rotos de su ventana... ella por su parte no dejaba de tener sueños fríos, mientras la fiebre de la soledad la bañaba de un olor a rosas secas... él pensaba en ella como si fuera la única razón de su llanto oscuro y contaba todos los no regalados ante los ojos cansados y ojerosos de la mujer casi alegre... ella le pensaba entregar la vida entera pero se dio cuenta que era lo único que le quedaba... él adentro sintió por unos segundos un calor relajante que le quebró los huesos de los dedos haciendo que su escritura se precipitara y que confundiera las ideas sin llegar a saber qué era lo que escribía en realidad... ella lo observó por la puerta de cinco lados como si fuera la primera vez que lo hacía pero la última en la que lo vería tan concentrado en algo que definitivamente no la contemplaba... dio media vuelta, caminó lentamente, sus pies hicieron un pequeño ruido que distrajo la concentración de él... ella se percató y contuvo la respiración sin pestañear una vez... el silencio se hizo, el viento sopló delicadamente, ella sólo cerró los ojos y dijo... "la cena está lista" y la rutina volvió a la normalidad...

viernes, 16 de octubre de 2009

tengo

tengo el sentimiento fácil pero las palabras complicadas...
tengo el sueño ligero pero el carácter pesado...
tengo el pensamiento volado pero los pies enterrados...
tengo la mente abierta pero el corazón cerrado...
tengo la cabeza girando pero el cuerpo estático...
tengo el miedo escondido pero la valentía afuera...
tengo los nervios alterados pero la calma tranquila...

como cuando lluvia

la calle comenzaba a despedir un olor a basura de primavera... el sonido del sol alumbraba las casas llenándolas de ese calor de las 9... él comenzó a contar sus cerillos y se dió cuenta de que únicamente encenderían la mitad de su nueva cajetilla de cigarros... del otro lado una voz de mujer inmadura gritaba creyendo que sabía cantar... bajó corriendo las escaleras en espiral que lo separaban del exterior... se sentó con miedo a un lado de la ventana en forma de triángulo y miró a través de las persianas transparentes... "lloverá" fue lo único que dijo desde que se había levantado... transcurrieron dos minutos como si hubieran sido semanas enteras sin hacer nada... él sólo se dejó llevar por el placer de los sabores mezclados ocultos en su refrigerador de dos puertas... al escuchar cómo comenzaban a caer las gotas de lluvia lentamente supo que su presagio no había sido mas que una simple coincidencia lo cual lo puso muy triste... se sentó... abrió más los ojos con lagañas secas y su cabello se mojó sin explicación alguna como si se encontrara afuera bailando en la lluvia... abrió las fosas nasales para empezar a rastrear ese olor que desde media noche había comenzado a percibir... no le espantó, simplemente se puso de pie, abrió la puerta y dió un respiro profundo, como si nunca más fuera a respirar... "orines de gato" dijo... mientras observaba cómo aquel líquido verde escurría por la calle...

domingo, 13 de septiembre de 2009

como cuando duermes tardemente

por la tarde cerré los ojos hasta caer en un profundo sueño, con el estómago vacío y la cabeza dándome vueltas, te soñé, tan real, tan tú, tan especial, tan enojado desperté después de soñar que por mi brazo derecho se me subían las hormigas, sólo se me había entumido efecto de haberme acostado sobre él, puta madre dije, había llovido durante esa hora que me había perdido, la calle estaba húmeda, el aire se respiraba diferente, como más arrullador, más maternal, más tú, un día improductivo, mañana de nuevo a lo mismo, conmigo, sin tí, por mí, por tí, una semana empezó, esperaré a ver qué cosas me trae el destino que últimamente me ha sorprendido...

the boy who knew too much















como cuando brindas porque...

salud... por tí... por mí... por los dos... porque no sabes nada... porque estás ahí y no estás... porque te veo y me desesperas... porque sabes y te haces... porque sé y me hago... porque sabemos y nos hacemos pendejos... porque no te hablo y me hablas... porque cuando te hablo no me contestas... porque caminas y yo retrocedo... porque no entiendo y tú sí... porque vuelo y tú tienes los pies en la tierra... porque te ríes y me sonrojo... porque me río y te espantas... porque fumo y tú no... porque me gusta el café y el café es para viejos... porque tú sabes de música y yo no... porque duermo de más y el dormir de más cansa... porque tú cocinas y yo ni loco... porque soy de un lugar pequeño y tú de la ciudad... porque bailo lo que sea y tú cuidas de lo que bailas... porque hago ejercicio y eso va contra tus principios... porque se me van los temas de conversación cuando estoy contigo ... porque visto informal y tú no... porque comes a tus horas y yo a veces ni como... porque no soportas a la gente inútil y a mí me da igual... porque ser iguales sería aburrido... porque el destino nos juntó sin saber por qué... porque te quiero y creo que tú a mí también...

sábado, 12 de septiembre de 2009

como cuando te acuerdas de la vida

tanta aburrición... tanto café... tantos cigarros... tanto cansancio... tanto de esta ciudad... tanto... tanto... hoy recordé que había dejado de lado la escritura... que le había perdido el gusto a eso de escribir a cada rato lo que fuera pero que escribiera, en cambio me dí cuenta de que disfruto mucho de los pequeños detalles de la vida cotidiana, y me agrada, sonreír con el niño que va de la mano con su papá, reírme de mí mismo después de tropezar con la banqueta, reírme del señor que lleva a su perro en una cangurera estilo bebé, tomarme un cafecito en la cocina de mi casa viendo comerciales, escuchar música nueva y que no conocía, platicar con amigos lejanos pero que cada vez están más cerca, darme cuenta de que las cosas son como son y no hay de otra, comprar ropa, aunque esto sonara tan superficial, y darme cuenta que no soy la misma talla de antes, comerme una torta ahogada, quemarme las manos y la boca pero no dejarla caer, platicar con mamá de cosas sin sentido y que nos hacen reír sin saber por qué, escuchar la lluvia en la madrugada mientras pienso que es un sueño, levantarme con ese frío matutino que tanto me gusta, respirar el olor de las calles mojadas, saludar al chofer del microbus sin recibir respuesta, ahorrar dinero, comer menos carne y más verduras, usar lentes sin necesidad de que los use... y más y más cosas de la buena vida que puedo vivir día a día, el tiempo se está pasando muy rápido pero no me quejo, sólo espero disfrutar de más de esta gran ciudad que me ha recibido muy bien para después no arrepentirme... una vez más he comprobado que el destino es mi mejor amigo, pero esa, esa es otra historia...

miércoles, 5 de agosto de 2009

como cuando adivinas

se aceptan cambios de personalidad y carácter por miedo a quedarse solo de por vida... y sí... sí te quiero... aunque no creo que sea una duda para tí... sólo falta que lo confirmes... pero por mi pendejez creo que no lo harás... es mi destino... nuestro destino... la adivina lo dijo y ahora tengo más miedo que ayer de no econtrarte en mi camino

domingo, 5 de julio de 2009

como cuando bajaste la mirada

Traté de olvidar que una cosa lleva a la otra, que la vida te puso en mi camino por una razón que aun no se concreta, ni se concretará, por mi falta de fuerza y carácter, no puedo ser como tú que tiene un futuro casi marcado, que sabe lo que quiere, lo que no, que visualiza una vida llenadera, pero en ella no me alcanzas a ver, me gusta la idea de conversar en silencio, de espaldas, lejos, sin decir palabra, que mi silencio lo puedas leer, que mi mirada hable por mi, que nos dejemos llevar por las circunstancias con simples movimientos diarios, los dos en direcciones contrarias, ¿por qué no? Que tu nombre signifique más, que tu risa tímida y tus ojos entrecerrados me platiquen de lo que quieres, no te pienso extrañar, extrañar ayuda a que las personas se sientan más lejanas y solas, yo no estoy solo ni estoy lejano, te tengo cerca, cerquita hablando bajito, lento, sin prisa, mirándonos largo rato, bajando la mirada después de que yo lo hago, imaginando y adivinando lo que ahora ya sabes pero yo no...

como cuando agogogueas

...Kaliman no es precisamente el wey que prepara las kalimochas... y El Santo tampoco es precisamente a quien le rezas... ¬¬ vísteme de Kaliman A Go-Go y vámonos de fiesta...

miércoles, 1 de julio de 2009

como cuando es julio

Sólo hasta que publiqué mi anterior entrada pude volver a recapacitar sobre el hecho de que ya es julio... caray ya estamos más allá de la mitad del año... se me antojó una gran taza de chocolate con un pan dulce...

como cuando microbuseas

Muchas cosas he visto y vivido en los microbuses de esta ciudad, cada persona, cada individuo, cada pasajero que aborda uno de estos vehículos tiene algo diferente que contar, todos parecemos zoombies, a menos de que viajes con algún conocido los demás simplemente son personas apartadas que no interactúan pero que tienen a veces el mismo destino...
-como aquella vez que una señora subió con sus cuatro niños y uno en brazos, nunca supe ni sabré si eran de ella todos...
-como cuando se subió un chavo con su guitarra y éramos escazos cinco pasajeros, lo que no impidió que cantara dos canciones muy bien entonadas diría yo...
-como por la tarde en que un señor de sombrero comenzó a cantar desde su asiento para después recibir de casi todos una moneda...
-como de aquella señora que se le pasó la parada y empezó a decir "Dios santo de mi vida, ¿y ahora qué hago?" en voz alta y casi gritando...
-como hace una semana una chava tomó el microbús al mismo tiempo que yo y de regreso volvimos a coincidir en el regreso...
-como cuando los choferes no hacen la parada cuando se las pides porque el siguiente semáforo está en verde y la verdad no los culpo, hay que aprovechar la circulación vehicular...
-como del jueves pasado que el microbús no tenía dos vidrios y comenzó a llover provocando que me mojara y el asiento libre de mi lado izquierdo se encharcara, cosa que no me molestó, pero a los demás pasajeros que venían parados sí...
-como cuando siempre he observado que los pasajeros se rehúsan, en su mayoría, a ocupar los asientos de la ventana y los que se encuentran justo en las llantas traseras del microbús...
-como de aquella ocasión en que casi me caigo para enfrente del gran frenón que dio el cuidadoso chofer...
-como aquellos choferes que dan gusto que te toquen porque son chidos y siempre tienen un saludo a la hora que te subes...
-como de las mujeres, a quienes admiro, por irse maquillando en pleno viaje a sus trabajos, escuelas o casas...
-como los weyes que se hacen weyes y ocupan los asientos destinados para los discapacitados...
-como los weyes que se hacen aún más weyes para no dar el asiento a las mujeres...

Y así podría seguir enlistado un sinfín de historias que se viven en estos vehículos que al fin de cuentas son de gran necesidad sin importar el buen o mal uso que le den sus choferes, al fin de cuentas, todos vamos al mismo destino, y si no, mínimo sabemos que tomamos la misma ruta para llegar...

martes, 30 de junio de 2009

como cuando tiempo quieres

Quiero tomar mucho café, en exceso, quiero tomar tanto que no pueda dormir y así tener tiempo para pensar más en tí, tener tiempo para terminar de leer ese libro del buró, tener tiempo para arreglar mis pensamientos, tener tiempo y olvidarme de que lo tengo...