sábado, 12 de septiembre de 2009

como cuando te acuerdas de la vida

tanta aburrición... tanto café... tantos cigarros... tanto cansancio... tanto de esta ciudad... tanto... tanto... hoy recordé que había dejado de lado la escritura... que le había perdido el gusto a eso de escribir a cada rato lo que fuera pero que escribiera, en cambio me dí cuenta de que disfruto mucho de los pequeños detalles de la vida cotidiana, y me agrada, sonreír con el niño que va de la mano con su papá, reírme de mí mismo después de tropezar con la banqueta, reírme del señor que lleva a su perro en una cangurera estilo bebé, tomarme un cafecito en la cocina de mi casa viendo comerciales, escuchar música nueva y que no conocía, platicar con amigos lejanos pero que cada vez están más cerca, darme cuenta de que las cosas son como son y no hay de otra, comprar ropa, aunque esto sonara tan superficial, y darme cuenta que no soy la misma talla de antes, comerme una torta ahogada, quemarme las manos y la boca pero no dejarla caer, platicar con mamá de cosas sin sentido y que nos hacen reír sin saber por qué, escuchar la lluvia en la madrugada mientras pienso que es un sueño, levantarme con ese frío matutino que tanto me gusta, respirar el olor de las calles mojadas, saludar al chofer del microbus sin recibir respuesta, ahorrar dinero, comer menos carne y más verduras, usar lentes sin necesidad de que los use... y más y más cosas de la buena vida que puedo vivir día a día, el tiempo se está pasando muy rápido pero no me quejo, sólo espero disfrutar de más de esta gran ciudad que me ha recibido muy bien para después no arrepentirme... una vez más he comprobado que el destino es mi mejor amigo, pero esa, esa es otra historia...

1 comentario:

Unknown dijo...

esas son las buenas cosas de la vida,,, APROVECHALAS!!!
besos