jueves, 22 de octubre de 2009

como cuando sabes y no sabes

ella ansiaba las horas sentada frente a su computadora como si aquella rutina fuera de toda la vida... él lejano hacía lo mismo... como si el pensamiento de ambos estuviera unido por un gran océano al que le temían desde la partida... ella nunca dejaba de pensarlo... él sentía la necesidad de arreglar lo que había dejado inconcluso... ella nerviosa confiaba cada día en él... él sentía mariposas en el estómago cada vez que ella daba muestras de ello... ella sabía que por algo habían pasado las cosas y esas horas frente a su computadora se convertían en segundos... él sabía que el destino era su mejor aliado y llegó a odiar al tiempo y a la distancia... ella conocía cada uno de los movimientos de él como si lo tuviera a un lado... él conocía los pensamientos de ella como si viviera en su cabeza... o en su corazón... los dos se dejaron llevar sin saberlo por una larga lista de conversaciones desesperantes a través de un gran océano que en realidad no existía... ella lo pensó tal como lo había soñado... él la soñó tal como la había pensado... ella terminó por darse cuenta que lo necesitaba más de lo que pensaba... él terminó por darse cuenta que la pensaba más de lo que creía... ellos sabían que la distancia era grande... ellos sabían que la distancia unía... ellos sabían que ese gran océano los desesperaba, los hacía impacientes pero a la vez ansiosos por verse cara a cara en un tiempo no muy lejano cerca el uno del otro sin océanos inexistentes y conversaciones escritas... ellos sabían... ellos querían saber... ellos ya ni siquiera sabían cuáles eran sus nombres...

No hay comentarios: