sábado, 13 de febrero de 2010

chela en mano

todos estos días he tenido antojo de bailar con una chela en la mano, cerrar los ojos y dejarme llevar por la música, ver detenidamente las luces cambiantes de algún lugar, chocar con la gente que busca un sitio dónde colocarse y hacer lo mismo, marearme de tanto tomar y encender un cigarro tras otro, olvidar que otra semana empieza, que el día de los enamorados y amigos está a la vuelta de la esquina, que todos esperan que les desees amor, desvelarme hasta que los ojos se me cierren, escuchar una plática de amigos mientras comes palomitas o frituras con valentina, ver el cenicero lleno, las colillas en el suelo, a chicas disfrutando de sus ligues nocturnos e imaginando cómo sería la vida si ésta fuera una fiesta eterna...

viernes, 12 de febrero de 2010

he vuelto

y el humo del cigarro hinchó de nuevo mis ojos. Tuve la necesidad de escribir con el vicio en la mano pero las cenizas mancharon las teclas de mi computadora personal. Escuchando de fondo una canción que me ha vuelto adicto. Los amigos tardan en entender las cosas, no es de mi interés contar lo que me pasa, de nada sirve hacerme el sufrido, si no te gusta mi carácter date la media vuelta y que te vaya bien, cágala de vez en cuando, mira hacia tu pecho, encuentra todas las cosas que no has podido sacar, nadie te está pidiendo que lo cuentes, quédate callado, cierra los ojos, imagina, vuela, canta, baila, come desesperado, como si no hubiera mañana o ayer, corre como cuando llueve y estúpidamente crees que no te mojarás o que lo harás menos. Llévame a donde vayas, tengo miedo de estar solo...