sábado, 31 de enero de 2009

hoy


hoy tuve un sueño muy curioso, decidí dormir por la tarde, algo que no hago frecuentemente por el hecho de pensar en que me canso más en lugar de descansar, dormí más de dos horas, mucho tiempo diría yo, comencé a cerrar los ojos y a sentir ese momento en que ya nada exterior te perturba y te vas desvaneciendo en la oscuridad de la vista y la mente, tuve un sueño muy curioso, tan curioso que fue real, viajaba en el automóvil de alguien en dirección desconocida con mucha gente acompañándome y de pronto alguien a mi lado me tomó del hombro y me dio un beso en la mejilla repitiendo constantemente, te quiero, tuve un sueño muy curioso porque el sueño fue real al grado de querer despertar como si se tratara de una pesadilla o algo feo, tan real que sentí el volumen físico de la persona que me dio el beso en la mejilla acostada en mi cama diciendo todavía en voz alta, te quiero, y haciendo que mi corazón palpitara tan rápido como si se tratara de un mal sueño, fue tan real que me dio miedo buscar en mi cuarto y encontrarme con alguien escondido entre mi ropa sucia o mis objetos sin valor, hoy tuve un sueño muy curioso, un sueño que pareció tan real, tan real como el miedo que quizás tengo de que alguien me quiera...

jueves, 29 de enero de 2009

anoche...


anoche inventé fotografías donde no estabas tú pero el sentimiento se vió reflejado inventando cosas y personas, ahora escucho canciones de antaño que ayudan a mi mente a viajar a lado de una botella con agua vacía, cuando asomo la cara por la ventana de mi cuarto siento el aire frío que congela mi frente y que me susurra al oído -tranquilo el tiempo pasará y todo va a cambiar- me encierro en la libertad cuando salgo corriendo por las escaleras de cuatro pisos que dividen la realidad de las cuatro paredes que me emparedan, me miro al espejo y distingo mi mirada, mi mirada es más clara y sonrío levemente, giro la cabeza, veo algo en el lado derecho de ella, ¿qué es? me asusto por un momento, me acerco más al espejo, algo blanco, un hilo, delgado, grueso, corto o largo, no lo sé, pero me doy cuenta y sí, mi cabello comienza a ser blanco, será que tengo miedo de crecer???...

miércoles, 28 de enero de 2009

no me dolió...


me punzaba el hígado y sentía la comida de media tarde todavía en la garganta, ni siquiera los tres litros de agua que bebí y que hicieron que fuera como diez veces al baño ayudaron a que se me bajara al estómago, la espalda me ardía como si tuviera una tensión de mucho tiempo, pero ni siquiera estaba preocupado, cansado, estresado y todas esas cosas que le pasan a la gente que se deja llevar por situaciones pendejas como pensar en el mañana, sentía las piernas cansadas y débiles como cuando corrí detrás de tí para que no te largaras y me dejaras esperando inútilmente, encendí un cigarro y a mi mente vino en forma de recuerdo dónde se econtraba el aburrido libro que estaba por terminar al salirme de casa, mientras fumaba buscaba la página que había dejado marcada y supe que nunca lo terminaría, sentí las tripas en el corazón y al parecer el tonto corazón ocupó al cerebro que comenzaba a latirme dolorosamente, no pensé ni medité, sabía que el corazón estaba usurpando un lugar que no le correspondía, hice como si no supiera lo que estaba pasando y dejé pasar el tiempo hasta que el cigarro se apagó en mi mano, ahora el corazón se hallaba disfrazado de razón pura, haciéndome creer que tu indiferencia no nos dolió...

viernes, 9 de enero de 2009

café...


Y él lo sabía desde el momento en que invitó a la chica de cabello oscuro a tomar un café, “no estoy bien, hace días que necesito aires nuevos, caras nuevas, conversaciones diferentes y lo único que encuentro es lo mismo, a ti” ella no lo veía, su reflejo en el cristal era más importante que aquella plática aburrida, “a veces pienso que debería dejarte” pronunció la chica sin dejar de observarse, “se lo había comentado a ella, yo ya lo sabía” le contestó él con una mirada tranquila y un tono de voz casi nulo que se perdió con la música instrumental del lugar, “necesito espacio y nuevas caras” dijo la chica, “necesito de ti” le respondió él, “necesito encontrarme” subió el tono la joven, “necesito perderme” le pidió él echando la cabeza hacia atrás, “hace meses que te olvidé” afirmó la chica viendo la taza de café igual de llena que hacía veinte minutos, “hace meses que comencé a quererte de nuevo, pero…” se contradijo el joven, “¿qué quieres en realidad?” preguntó ella cerrando los ojos e imaginándolo. “¿Y si mejor jugamos a que nunca te conocí?” resonó la voz varonil y la taza de café de ella comenzó a vaciarse, “tanto tiempo perdido y tantas cosas vividas a tu lado que hasta ahora me doy cuenta y no puedo recapacitar” comenzaba a reclamar la chica mientras limpiaba el resto de labial que había dejado en la taza “¿y si mejor olvido que te vi sonreírme la primera vez que estreché tu mano?” le dijo a él mientras alzaba la mirada al techo, “¿y si mejor olvido que tu mirada me atrapó cuando ni siquiera habíamos cruzado palabra?” ella lo vio y él sólo quedó callado al terminar la frase.
En un momento el mundo pareció quedar detenido y como si las demás personas presintieran lo que más adelante vendría, el silencio y la lentitud del tiempo los rodeó hasta casi matarlos de desesperación. “yo no olvidaré, no puedo, no quiero, no debo, ¿por qué pides algo que no podré hacer?”. Él no dijo palabra, sonrió levemente, pero sin ganas, su mirada se comenzaba a nublar y las manos le temblaban, efecto de las tantas tazas de café que había tomado o de los nervios que le provocaba aquella conversación que parecía no tener sentido. “no olvides, no te esfuerces por hacerlo, el tiempo se encargará de ello, es lo mejor que puedes hacer” agregó el joven mientras su mirada comenzaba a dirigirse a la mesa de un lado, ella por su parte tomó en sus manos la taza de café y bebió de un golpe todo lo que sobraba. “yo olvidaré tan fácilmente todo esto como si nunca hubiera pasado, te lo aseguro” afirmó él y ella lloró por dentro.
“Me tengo que ir” sentenció el chico “ella me espera” la chica sólo volteó a la mesa de un lado y sonrió levemente como si supiera lo que pasaba y sin pensarlo volvió a verse reflejada en el vidrio de la cafetería, “no quiero que conozcas a nadie más, espérame, volveré” él quedó pasmado con esa frase y dijo “olvídame” y ella con voz temblorosa contestó “no podré” y el llanto se volvió externo “sígueme como yo lo hice una vez” gritó la chica con una voz débil que hizo voltear a todos, “no puedo y no debo” recibió como respuesta por parte de su acompañante, ella tomó su bolso y de él sacó algo particular “toma” dijo la joven “¿una paleta?” “sí” “¿qué significa esto?” “por todos los buenos momentos que me hiciste pasar” “pero ¿con una paleta?” “para que cada vez que veas una, te acuerdes de mí y te des cuenta que nunca podrás olvidarme” el joven movió la cabeza y riendo sarcásticamente se levantó de su asiento dejando un billete en la mesa, “lo haré, te olvidaré, por ti y por mí, tengo alguien más que me espera, no te seguiré” los dos se vieron largamente, ella como si quisiera seguirlo, él como si quisiera regresar a su asiento y continuar la conversación, él dio media vuelta y caminó a la entrada, ella lo vio alejarse y llorando supo lo que pasaría, él se detuvo repentinamente y regresó la mirada a la mesa y gritó “nunca te olvidaré” la chica sonrió sin dejar de verse en el vidrio.